
La Ducha del Diablo
El Boquerón fue descubierto en 1757 por el intrépido misionero franciscano padre Francisco Alonso de Abad y facilitó la construcción de la carretera Federico Basadre.
Este es el único paso erosionado por el río Yuracyacu, afluente del río Aguaytía, y presenta impresionantes farallones de piedra de más de 100 metros. A lo largo de este corredor de 2 millas de longitud se observan alrededor de 70 caídas de agua cristalinas y frías; las más caudalosas son la del Velo de la Novia y la Ducha del Diablo.
El Velo de la Novia es la caída de agua más caudalosa de la zona. Sus aguas frías y cristalinas inician su descenso desde las montañas en varios saltos que desembocan, finalmente, en el río Yuracyacu. Está rodeada por exuberante vegetación donde predominan helechos, begonias, orquídeas y palmeras.
La Ducha del Diablo tiene un promedio de 100 m de altura de un solo salto. Sus aguas frías y cristalinas bañan una gran roca, donde la naturaleza ha tallado una suerte de rostro semejante a un ser demoniaco. La caída forma una poza de unos 10 m2 y hay un mirador cercano desde donde se puede observar el río Yuracyacu
Así mismo es posible observar pinturas rupestres en algunas rocas y sus bosques de neblina albergan una gran biodiversidad.
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